Como es obvio, cuanto más se acerca la fecha de la inauguración más nervioso me voy poniendo y más le voy viendo las orejas al lobo. Recuerdo cuando, hace exactamente un año, le metía prisa a Patricia para que fuese haciendo las fotografías para su exposición en el Foto Club Valencia. Cada vez quedan menos hojas que arrancar en el calendario, pero ya voy centrando las ideas en cuanto al tipo y cantidad de fotografías que quiero exponer.
Ayer ya recogí del laboratorio dos fotografías estenopéicas en tamaño 30x40 que quiero exponer, y digo bien con recogerlas del laboratorio (en lugar de hacer yo las ampliaciones, como tengo intención con el resto de la exposición) porque los negativos los escaneé para positivar y rotar (debo recordar que cuando se hace una fotografía con una lata sale en negativo e invertida) y mandé revelar en una conocida cadena nacional de fotografía.
Por otro lado ya he terminado de maquetar el cartel de la exposición. Ahora sólo me queda hacer las invitaciones en tamaño 10x15 para repartir a la gente, aunque más como recuerdo de la exposición que como reclamo de la inauguración, que para eso ya está Facebook y Whatsapp. El hecho de que haya vuelto en cierto modo al pasado con fotografías realizadas con técnicas tradicionales no quiere decir que tenga que informar a la gente con palomas mensajeras.
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