Por fin he podido comprarme esta semana un tanque de revelado para carretes de 120 y 135, con los correspondientes líquidos revelador y fijador. Esta tarde he aprovechado que tenía un carrete en casa (que iba a llevar a revelar a Fotoprix) y he probado a revelarlo con mi nuevo kit.
Las fotografías eran de la salida que hicimos el domingo pasado con el Foto Club Valencia al Micalet y alrededores, con la cámara Lomography Diana y un carrete blanco y negro Lomography de ISO 400. El revelado ha sido un éxito (se me han hecho eternos los tiempos de actuación de los químicos, acostumbrado a que en papel la foto empieza a verse en cuestión de segundos, pero me he ahorrado los cinco euros que cobran en Fotoprix por revelar el carrete, empezando a amortizar la compra del tanque).
Lo más complicado ha sido colocar correctamente el carrete en la espiral del tanque de revelado, totalmente a ocuras en el cuarto de baño. Supongo que cuando lleve unos cuantos ya le iré cogiendo el truco. Ahora sí que puedo pensar en una exposición de fotografías cien por cien trabajadas químicamente por mí, desde el revelado del carrete hasta el ampliado y positivado en papel.